lunes, 24 de febrero de 2014

Alexandra Merienne





4 comentarios:

  1. Me parece hermoso lo que cuentas, en mi familia pasa algo similar. Mi tía Alba tiene a Consuelo, ella la contrató desde que Consuelo era muy joven, incluso después de contratarla quedó embarazada de un hombre que hasta el día de hoy es desconocido. Mi tía ayudó a Consuelo con la crianza de su hijo, este es el día y él ya tiene 16 años y mi tía lo quiere como a un hijo, es más Rubén (el hijo de Consuelo) le dice mamá Alba a mi tía. El trabajo del cuidado transciende ciertas fronteras donde la definición de familia puede temblar y expandirse. El cuidar al ser una actividad tan íntima rompe fronteras a pesar de mantener jerarquías.
    "Atender al otro no es solamente un movimiento afectivo: el cuida- do implica una práctica. Desde la perspectiva del cuidado, el trabajo desempeña un papel central."
    (Molinier : 2011; 18)
    Este papel central puede ser interpretado como asegurar que el bienestar material entendidos en términos de limpieza, orden y alimentos preparados, permitan que quienes la contraten logren gozar de más espacios donde puedan dedicarse tiempo a ellos mismos Los beneficiaros ganan en confort, en tranquilidad de espíritu y en disponibilidad para consagrarse a otras actividades estimadas como más importantes en el plano monetario, cultural o en cualquier otro. Esto les permite tener el tiempo para descansar, e incluso para consagrarse a tareas “nobles” de cuidado como las educativas, de escucha o de apoyo a sus parientes cercanos, esposos o hijos.
    (Molinier, 2011: 22)
    En el caso de mi tía alba, el que Consuelo viviera con ella le daba tranquilidad para poder trabajar todo el día y saber que mis primas no iban a estar solas, al nacer Ruban mis primas contaron con un "hermanito pequeño" y ayudaron a criarlo, se construyó una red entre ellas, las que son cuidadas ayudan a cuidar al que la cuidadora debería estar cuidando.
    Me parece hermosa tu experiencia y realmente pensar en la pregunta de la frontera entre el trabajo y la vida cotidiana de una empleada interna es muy complejo pues al parecer es otra frontera que se ha trascendido, como si adoptaras una nueva familia y te pagaron por ello, entonces tu vida cotidiana se vuelve tu espacio de trabajo y es como si te pagaran por vivir .
    En el caso de mi tía Alba, puedo ver que Consuelo y Ruben son parte de la familia, mi tía le pagó el colegio a Rubén y todos creemos que si mi tía muere será él quien la herede y como mis primas lo ven como un hermanito chiquito seguramente no tendrán problema con ello pues ellas ya son adultas y están organizadas.
    Las lineas divisorias que traza el cuidado tienen su propia lógica de agradecimiento y reciprocidad.
    Gracias por compartir esa historia tan hermosa.

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  2. La historia que nos cuenta Alexandra Merienne sobre Beatriz, es un ejemplo que permite pensar las necesidades humanas, bajo 2 dimensiones importantes; la objetiva y la subjetiva. Al respecto Carrasco asegura que las necesidades básicas tienen una dimensión objetiva que se relaciona con necesidades biológicas, y una subjetiva que incluye afectos, cuidado, seguridad psicológica, lazos humanos etc. (2003:6). La historia de Beatriz, muestra un lazo emocional entre la familia, especialmente la abuela y Beatriz, además de esa dimensión objetiva como “lavar” o “calentar el tinto” u otra actividad que busca suplir necesidades biológicas. Veo que ambas dimensión están muy relacionadas en la historia de Beatriz y que están presentes en la relación que esta mujer entablo con la familia de Alexandra. Es interesante ver como la familia a la que Beatriz presta sus servicios, se convirtió en su familia también, y que parte de lo aprendido se lo debe a quien la recibió (la abuela).

    Vemos que el cuidado tiene una dimensión relacional y emocional. Como Alexandra nos muestra: “el trabajo cuidador de Beatriz está atravesado por fuertes afectos y vínculos que trascienden varias generaciones. Sí Beatriz es parte de nuestra familia aún si lleva siempre un delantal, sus manos siempre nos han cocinado y curado y al mismo tiempo siempre ha recibido una retribución económica por sus cuidados” (2014). En esta historia el cuidado va más allá de servir o prestar un servicio, si bien recibe determinado dinero, sus actividades y compañía dan cuenta de esos lazos emocionales y la dependencia que hay en el cuidado.

    Finalmente, considero importante, resaltar la situación de Beatriz respecto a su familia. Cuando Molinier hace referencia a la “crisis del cuidado”, propuesta por Arlie Hochschild, y plantea la pregunta de ¿qué sucede con los propios hijos de las mujeres migrantes que deciden ir a cuidar a niños y niñas en otros países? (2012:20) me hace pensar en ¿qué sucede en este caso con la familia de Beatriz?. Alexandra cuenta que Beatriz deja su casa a los 17 años y que algunas veces extraña a su familia, además que “Beatriz al verse distanciada desde tan temprana edad de su familia parece ser más familiar para nosotros que para ellos”. En este caso es interesante preguntarse por el cuidado respecto a quién se cuida y a quién se deja de cuidar como en el caso de las mujeres migrantes y en este caso la familia de Beatriz.

    Bibliografía
    MOLINIER, P. (2012). El trabajo de cuidado y la subalternidad.: Escuela de Estudios de Género. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
    CARRASCO, C. (2003). La sostenibilidad de la vida humana: ¿Un asunto de mujeres? Mientras Tanto, (82), 43–70

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  3. Me parece que el ejemplo de Beatriz tiene todos los aspectos de los trabajos del cuidado. La movilidad de Beatriz desde su región, los trabajos en que se insertan las mujeres provenientes del campo y la dimensión subjetiva de las labores del cuidado; tal como lo dice Moliner el cuidado “el care no se refiere única- mente a una disposición psicológica sino a una serie de experiencias y actividades de trabajo y el hecho de que estas labores (que responden de forma concreta a las necesidades de bienestar) son realizadas en buena parte por mujeres, pero no por todas, sino por aquellas mujeres y demás personas que ocupan una posición subalterna en el espacio social, por razones de clase, raza, etnia y condición migratoria entre otras.”(Moliner; 2012. Pág. 9) es como la sociedad y los imaginarios van organizando ciertos cuerpos que tienden al cuidado y se van asimiento como tales.
    Igualmente me parece súper ilustrativo como los trabajos del cuidado entre Beatriz y la abuela tienden a fortalecer las relaciones entre las dos y no se queda en la relación de patrona y empleada. “las necesidades humanas son de bienes y servicios pero también de afectos y relaciones. Necesitamos alimentarnos y vestirnos, protegernos del frío y de las enfermedades, estudiar y educarnos, pero también necesitamos cariños y cuidados, aprender a establecer relaciones y vivir en comunidad.” (Carrasco; 2003. Pág. 6) Estos trabajos ponen de manifiesto la importancia del cuidado y la fetichización que produce el salario en las labores del cuidar. Tal banalización impide un reconocimiento total de los trabajos del cuidado, o por lo menos una invisibilidad de su parte afectiva.
    Por ultimo también veo claro la relación de interdependencia. Algo que me parece personalmente poderoso en este pensar sobre el cuidado. La vulnerabilidad de todos tenemos en el mundo; la ausencia de los trabajos del cuidado “revela la interdependencia y la vulnerabilidad a la que estamos expuestos todas y todos, pues nadie puede pretender ser autosuficiente en el largo plazo, en ningún dominio de la existencia. (Moliner, 2012. Pág. 10) en este sentido la importancia de Beatriz es impresionante mantiene la vida, y lleva a cabo nuestras labores fundamentales. Tal vez lo que me queda faltando en la reflexión es el lado oscuro que esto genera, es decir, si ella es la encargada del cuidado, y más allá que nos cuide afectiva y físicamente, permite que nosotros llevemos otras actividades gracias a que hemos deslizado el cuidado de nosotros a otras manos. ¿Cuáles serían esas otras actividades? ¿Qué representaciones trae esto?
    Agradezco este ejercicio ya que a través de él pude comprender mejor la importancia del detalle, Igualmente noto la preocupación por las autoridades etnográficas y la incesante pregunta de cómo escribir la cultura; alejándonos un poco más del modelo, vanidoso, del científico explicacioncita. Me agrada que Alexandra se aleje del modelo teórico tradicional y trate de narrar la cultura y sus implicaciones.
    Gracias por tu aporte.

    Bibliografía
    Carrasco, C. (2001). La sostenibilidad de la vida humana: ¿Un asunto de mujeres? Mientras Tanto, (82), 43–70.
    Molinier, P. (2012). El trabajo de cuidado y la subalternidad. Bogotá, Colombia: Escuela de Estudios de Género, Universidad Nacional de Colombia.

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