Cada vez que abro
mi despensa para tomar un alimento que pueda llevarme a la universidad, me doy
cuenta de que este posee la característica de ser “light”, entre estos hay
algunos: “yogures”de marca “Activia”, o“Regeneris”, algunas galletas de
marcas“Tosh” o “Quaker”,incluso hayotros productos como los jugos hechos a base
de la“nutritiva Soya” como los jugos“Ades” y la famosa leche de Soya
“Soy-plus”.
En mi casa estamos
acostumbramos a comprar estos productos pensándolos como una alternativa fácil,
rápida y saludable para comer en los horarios en donde no podemos preparar la
comida juntos, porque estamos trabajando o estudiando. Muchos de estos
productos, constituyen las medias nueves u “onces”,tanto de mí, como de mis
papas. Incluso a veces, suplantan los desayunos o las cenas. Si no comemos
esto, nos quedamos sin comer nada, y por esto tratamos de maximizar nuestra
salud comprando productos que sean promocionados como “lights”o con: “0 g de
ácidos grasos trans” o “aceptado por la asociación colombiana de gastroenterología”,
o “0% sabores artificiales”, “no es una fuente significativa de colesterol” y
“sin azúcar sabe igual”, intentando mermar, los impactos negativos que la
compra e ingesta de otros productos, pudiese ocasionar.Usualmente desayunamos una porción de fruta con un Yogurt acompañándolo
con unas galletas. Esto nos quita el trabajo de preparar la comida orgánica que
compramos en la plaza o en el mismo supermercado, tales como huevos, frutas o
etc… Este modelo es fácilmente repetible a otras horas del día.
Respecto a las empresas que producen
lo que consumimos, pude encontrar varias regularidades, por ejemplo, el
grupo“Nutresa” de Tosh y su seccional de “Galletas Noel”, es el dueño
monopolista del 37 % del mercado latinoamericano, de igual forma con “Quaker”,“Unilever”
y “Danone”. Estas son las trasnacionales productoras (a través del monocultivo
extensivo) de los productos, que luego serán procesados en grandes fábricas
según el modelo Fordista de producción, para terminar siendo distribuidas en
los intermediaros comerciales más cercanos, como Carulla, éxito y Pomona. Ciclo
de producción e intercambio, que nosotros al comprar los productos reproducimos
consumiéndolos.
La gran pregunta de este pequeño
escrito es si ¿estos productos cuidan al consumidor? En primer lugar,
comenzando desde el modo de producción de la materia prima que da forma a estos
alimentos, este implica la siembra intensiva de monocultivo extensivo ayudado
por agroquímicos y semillas genéticamente modificadas. Por otro lado, puede implicar
la sub-contratacióny la perdida de garantías laborales por parte de los
trabajadores que residen en estas plantas de producción. Esto me hace
cuestionar seriamente si estos alimentos han sido producidos con cuidado,
debido tanto a la sobreexplotación de la tierra y de quien la trabaja ya que de
acuerdo con Puleo (2011) “[en el capitalismo se puede ver la conexión] (…)entre
la dominación y explotación de humanos y de la naturaleza”(Puleo,2011:279)
De acuerdo con Puig de la Bella Casa
(2010) estamos siendo negligentes con nuestra alimentación, cuando “(…) When
the doings of care are not attended”(ibíd.: 164) por lo que desentender, no
solo el proceso de preparación, la selección de nuestros alimentos, basados en
el desconocimiento de cómo, por quienes y en qué condiciones son producidos, no
solo es descuidado con nosotros mismos sino con la naturaleza y la sociedad
(ibíd.: 164).
Y en estas condicciones “When caring
is absent, obligation to care calls upon a commitment to share troubles and burdens of those who are neglected” (ibid:165)
de modo que esta responsabilidad que no es solamente una obligación sino
también“an affective force” (ibid:165), es delegada a la compra de productos preparados, que nos quitan la capacidad
para sentirnos involucrados cotidianamente desde un hacer concreto, en la
preparación de nuestros alimentos, y de darles un fin más allá de la
satisfacción individual de una necesidad, sino como significantes de afecto y
cuidado tanto para mí mismo, los demás y la naturaleza.
Sin duda, la cultura de
lo“light”puede alimentar la creencia de que estos productos por sí mismos y
debido a sus supuestas características cuidadoras, suplen la falta de cuidado
de las personas que no tienen tiempo para cuidar de su alimentación, aportando
medidas paliativas a los problemas de salud, desarrollados a partir la
negligencia por cuidar de nuestra alimentación y quitándonos la responsabilidad
y el gusto de cuidarnos a nosotros mismos.
De esta manera y nuevamente de
acuerdo con lo que Puleo (2011) expone: “la ciudadanía ecológica constituiría
un desafío al concepto tradicional de ciudadanía porque enfatiza las
obligaciones, concierne a los deberes no contractuales y no se desarrolla solo
en el ámbito público, sino también, y fundamentalmente, en el privado” (ibid,
271) por lo que debemos hacernos consientes que no solamente en el ámbito
público debemos promover practicas del cuidado, sino que también en el ámbito
privado, donde se anclan nuestras necesidades más inmediatas, es donde debemos
mantener unas prácticas del cuidado situadasempezando
por repensar nuestro consumo y como este se relaciona con la sociedad y la
naturaleza.
BIBLIOGRAFÍA.
·Puig de la Bellacasa, M. (2010). Ethical doings in
naturecultures. Ethics, Place& Environment, 13(2), 151–169.
doi:10.1080/13668791003778834
· Puleo, A. (2011). Protagonistas de un
nuevo mundo. In Ecofeminismo para otro mundo posible (Ediciones., pp.
267–315). Madrid, España.
·Video Documental Food-Inc
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ResponderEliminarFrancisco,
ResponderEliminarTu escrito hizo evidente un cuestionamiento que late cada vez más fuerte y ha sido reforzado por las diferentes literaturas entorno al cuidado, el documental de Food-Inc y las reflexiones que hemos hecho a lo largo del seminario. Preguntarse qué tipo de alimentos estamos consumiendo,de dónde provienen, cómo en dónde y por quiénes fueron producidos. Y al mismo tiempo reflexionar acerca de nuestra elección y del efecto producido en torno al cuidado de nuestra alimentación, salud, cuerpo, mente e incluso la de nuestros cercanos y la del planeta tierra entero.
Ese termino de negligencia que Puig de Las Casas anuncia como: “Neglect is what happens when the doings of care are not attended”, es decir, aquello que no hacemos o aquello que ha sido negado aparece en nuestro consume diario de alimentos. Detrás de esas galletas que se promocionan como muy muy sanas para cuidar la dieta, el colesterol y los azúcares se esconde una industria poco cuidadora con el medio ambiente y con los mismos sujetos consumidores. La mayoria de marcas que señalaste (Quacker, Nestlé, Danone, Ades) pertenecen a Monsanto, es decir a cultivos transgenicos agresivos con la tierra, con el ciclo de la vida y con las manos trabajadoras.
Como bien lo dices en tu ejemplo es necesario replantear nuestras prácticas de consumo pues de alguna manera somos responsables del maltrato a la naturaleza:
“ it is also about humans assuming responsibility to intervene in unbalanced worlds, to respond to a biopolitical situation in which ones are in measure to care for others who are in need of being cared for.” (2010; 165)
Desde mi experiencia cotidiana me atrevo a decir que este reto de hacer consciencia de cada alimento que consumo ha sido dificil pues estamos rodeados de publicidades y productos que se nos venden como inofensivos, ricos y nutritivos cuando en realidad no son nada de eso. Esto me ha llevado a pensar que las acciones de resistencia y estrategias se dan como tu lo evidencias desde el ambito de lo privado. Esa huella ecológica que cada uno de nosotros deja en este planeta tierra puede tener un impacto positivo con pequeñas acciones como decidir y evitar el consumo de ciertos alimentos y productos dañinos tanto con nuestros cuerpos como con la tierra por que como bien lo dice Alicia Puleo “Proteger este mundo es también protegernos”.