viernes, 11 de abril de 2014

         Fabricar, jugar y anotar


Llegar al campo de futbol con implementos poco adecuados e incomodos no permiten rendir en el juego. Las personas que practicamos cierto tipo de ejercicio como el futbol requerimos de ciertas cosas para desempeñarnos como lo deseamos. No es lo mismo practicar futbol campo a futbol sala, pues ambos deportes manejan reglas diferentes y específicamente zapatillas distintas; Futbol campo requiere de Guayos, mientras que futbol sala de zapatillas antideslizantes (ver foto). Desde mi experiencia, la practica concreta de correr en chancas de pasto y asfalto es diferente, pues las características del campo son distintas en cuanto al material del que están hechas y el tamaño. En este sentido,  correr, jugar futbol o entrenar hacen parte de una práctica especifica que requiere de ciertas cosas para suplir una necesidad como la de sentirse seguro en el campo mientras se corre o se le pega al balón.

Siendo las necesidades  bienes y servicios (Carrasco. 2003:6) vemos que en este juego existe una necesidad concreta para la cual se diseña una cosa o bien que suple las necesidades del jugador o jugadora. Respecto a este punto, me gustaría llamar la atención, pues vemos que actualmente diferentes necesidades son también creadas. Recuerdo ver películas o imágenes donde las personas (en especial los hombres) jugaban descalzos en futbol campo o  hacían uso de las llamadas “zapatillas converse” para jugar futbol sala. La existencia actual de muchos modelos  de zapatillas y guayos especializados se puede ver a la luz de la “obsolencia programada” siendo esta: “una estrategia empresarial que consiste en reducir la duración de un producto para incrementar la venta (…)  puede ser de tipo estético” (Puleo. 2011: 301) a este tipo de obsolencia, Puleo la llama “obsolencia percibida” y se refiere a: “las colecciones de ropa que cambian todos los meses (…) puesto que vestirse “pasado de moda” es culturalmente interpretado como una deficiencia personal” (ibíd.301). En este caso, vemos que el diseño de ropa deportiva, específicamente de zapatillas y guayos, muchas veces hace parte de la moda, exhibición y venta de zapatillas de “última tecnología” que “le permiten al jugador un mejor control y contacto con el balón” como lo veía en una propaganda de Nike sobre la última colección de los guayos “Nike Magista”.  Así pues, el uso de cierto tipo de guayos o zapatillas también hace parte dinámicas empresariales dispuestas a vender y producir en grandes cantidades. En este sentido, el uso y cuidado de mis guayos y zapatillas implica relaciones y dinámicas que globales de tipo comercial  y procesos de producción.

Por otro lado, pensar en el manejo de estas dos cosas (guayos y zapatillas) y el cuidado que le doy a estas, con el uso y mantenimiento, genera ciertos vínculos con el juego y las cosas diseñadas para salir al campo. Puing de la Bellacasa  nos dice que el cuidado “ is a necessary practice, a life sustaining activity, an everyday constraint” (2010: 163). En este caso el entrenamiento constante, el correr y jugar en el campo genera ciertos vínculos, afectos y relaciones con el juego, siendo la práctica concreta el punto de partida donde la necesidad de correr y jugar bien hace que entablemos relaciones de cuidado con nuestra cosas (guayos y zapatillas). Así pues, el cuidado se ve en el uso de los objetos y mantenimiento de los mismos, pues son las cosas, muchas veces, las permiten que nos encontremos con lo que somos y hacemos, donde lo humano y lo no humano se relacionan de forma complementaria; las cosas nos cuidan y a la vez cuidamos de ellas.

Pensando en esto, me gustaría hacer referencia a Middleton, quien retoma a Bennett (2010:5) cuando se refiere a la materia viva. “a thing is slightly more than what a human sees in it. It’s a ‘vivid entity’ with a small degree of independence from the words, images and feelings it provokes in us” (8:2012). A partir de esto, podría pensarse que las cosas también cobran sentido propio y que los guayos o zapatillas son una “entidad viva” en la medida que yo les entrego o doy cierto significado. En el campo dichas cosas toman valor, pasión, afecto y cuentan una historia que no solo me involucra a mi  sino también a los procesos y las condiciones en las cuales estos guayos y zapatillas fueron fabricados, pues no podemos dejar de lado la manera su proceso de fabricación y las circunstancias en que se encuentran las personas que hicieron y hacen parte del proceso; el proceso de jugar, comprar, fabricar y anotar.

Bibliografía

Middleton, J. (2012). Long live the thing! Temporal ubiquity in a smart vintage wardrobe. Ubiquity: The Journal of Pervasive Media, 1(1), 7–22. doi:10.1386/ubiq.1.1.7_1

Puig de la Bellacasa, M. (2010). Ethical doings in naturecultures. Ethics, Place & Environment, 13(2), 151–169. doi:10.1080/13668791003778834

Puleo, A. (2011). Protagonistas de un nuevo mundo. In Ecofeminismo para otro mundo posible (Ediciones., pp. 267–315). Madrid, España.

3 comentarios:

  1. El ejemplo está escrito en un lenguaje entendible, tiene algunos errores de ortografía pero en general está bien redactado.
    Me parece interesante como Ingrid pone en evidencia el hecho de que cuando deseamos garantizar el desempeño exitoso de cierta actividad como el practicar un deporte entre otros, debemos cuidar los implementos que nos permiten desempeñarnos con más éxito y facilidad en esta y como eso implica cuidar los objetos desde un quehacer concreto, también desarrollando una relación afectiva con el objeto, debido a que en su cuidado también se cuida nuestro desempeño en la actividad, esto desde las dimensiones del cuidado que Puig de la Bella casa propone (de la Bella Casa,2012:164,165).
    Me parece importante que haya puesto en evidencia por medio de la descripción de su propia rutina “la necesidad concreta para la cual se diseña una cosa”, necesidad derivada del uso diferenciado de las zapatillas o los guayos, según las características del campo y las necesidades de juego. Eso le da calidad etnográfica al ejemplo y datos como punto de partida para la argumentación.

    También se me hace importante el reconocimiento que Ingrid hace de la mediación de la producción de sus zapatillas, desde una lógica de mercado e industria que tiende a crear necesidades más allá de las necesarias para suplir, agregándole valor al objeto por estas otras necesidades, a veces no indispensables para la realización de actividades.

    Me hubiera gustado que se hubiese lanzado más a reflexionar que implican estas “dinámicas de tipo comercial” y los procesos de producción incluyendo las relaciones de producción que estos implican, para cuestionarse en qué medida los modos de producción y las relaciones de producción están cuidando al medio ambiente o a las personas que trabajan en los centro productivos.

    Me parece importante que resalte las dimensiones afectivas del cuidado que generan un vínculo con la cosas cuidada y que enuncie cómo esta relación afectiva con las zapatillas de futbol sala, se ha constituido a partir del “uso de los objetos y el mantenimiento de los mismo” pero siento que falta detalle etnográfico para ver cómo es visible el mantenimiento de los guayos ¿Cómo los cuidas? O ¿los mantienes? ¿Cuáles prácticas concretas?, porque en la práctica concreta de jugar futbol campo o sala, si describes este proceso.

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  2. Respecto a la cita de Middleton, pienso que la autora se refiere más al hecho de que “(…) más allá de las palabras, las imágenes y los sentimientos que este provoca en nosotros” (Middleton, 2012:10) los objetos tienen una vida propia en el sentido en que se adaptan a nuestro cuerpo y nosotros nos adaptamos al suyo. En este caso las zapatillas se deforman en tu cuerpo y tú al ponértelas también las deformas, por lo que está viva en tanto se afectan mutuamente.

    En definitiva, me gusto el ejemplo porque muestra como algunos objetos son pensando, en términos de Puleo (2011), como objetos que tratan de parecer cada vez mejores, motivando la compra por la aparente desactualización que sufren las anteriores versiones de los mismos, causando en nosotros un “desencanto” o desensibilización de estos, en términos de Middleton (:9,10) que nos lleva a seguir comprando, aumentando la huella ecológica y humana que implica los modos y relaciones de producción y la des-responsabilizándonos del cuidado de las cosas.
    En segundo lugar destaco la reflexión que logra hacer Ingrid acerca de que los objetos producidos según esta lógica mercantil, además de obedecer a la estrategia comercial de “la obsolescencia programada”, también tratan de producir nuevas necesidades que no son indispensables para la actividad que vamos a realizar, pero que son un valor agregado que adquiere el empresario por la compra de su producto. Esto puedo entorpecer nuestro proceso de compra y hacernos comprar cosas que, muchas veces, no necesitamos nuevamente motivando el consumismo y la huella ecológica y humana.
    BIBLIOGRAFÍA.
    • Puleo, A. (2011). Protagonistas de un nuevo mundo. In Ecofeminismo para otro mundo posible (Ediciones., pp. 267–315). Madrid, España.
    • Puig de la Bellacasa, M. (2010). Ethical doings in naturecultures. Ethics, Place& Environment, 13(2), 151–169. doi:10.1080/13668791003778834
    • Middleton, J. (2012). Long live the thing! Temporal ubiquity in a smart vintage wardrobe. Ubiquity: The Journal of Pervasive Media, 1(1), 7–22. doi:10.1386/ubiq.1.1.7_1

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  3. Tu ejemplo me hace pensar en mi hermano pues él es futbolista desde los 8 años (ahora tiene 18), la compra de guayos es algo constante en la economía de mi casa, él ha probado de diferentes marcas, colores, diseños, formas, taches, etc y siempre he visto que máximo la vida útil de los guayos son 8 meses.
    Hace poco los acompañé al centro comercial a buscar guayos para él, entramos a una tienda especializada en deportes y al mostrarnos los guayos nos llevaron a una sección donde los guayos se dividían en gamas, había modelos que oscilaban entre $120.000 a $500.000, recuerdo que esa vez quedé súper choqueada con esa diferencia de precios entre el más barato y el más costoso, ese día le pregunté al vendedor el por qué de la difernecia y me explicó que era por la "tecnología" que usaba el zapato, entre más tecnología usara (cámara de aire, taches de "yonoséqué" forma, materiales, la forma de la plantilla, la refrigeración del pie, el peso del zapato, etc) más costoso iba a salir. Pienso en Middleton (2012) cuando nos cuenta la unión de la tecnología con los objetos y su repercusión en nuestra relación con los objetos y su tiempo de vida. Sé que mi hermano ha usado distintos tipos de gamas, él dice que algunos más costosos salen mejores y duran más, sin embargo hace algunos años se compró unos guayos cerca a la casa, en una industria colombiana, no tenían gran tecnología, eran baratos y hechos de un material muy fuerte, esos guayos le duraron muchísimo tiempo pero los dejó de usar porque le estaban lastimando el pie. Pienso en London (1932) cuando habla del plan obsolescencia, estos zapatos, más baratos y sencillos están hechos para durar más pues su material es más duro, sin embargo su uso se vio disminuido pues la comodidad del pie prima sobre la duración del zapato, esto hizo que mi hermano cambiara de guayos antes del tiempo previsto de la vida de sus anteriores guayos.
    He visto que los de alta gama tampoco es que duren más, sin embargo mi hermano los prefiere, prefiere un zapato de vida corta pero con más tecnología y que le proporcione mayor comodidad, a unos más baratos, que duren más pero lo lastimen. El objeto es también un lugar de encuentro entre el ser humano y sus necesidades específicas y una posibilidad de satisfacerla que ofrece variedad de gustos.
    Mi hermano entrena todos los días 2 horas y los fines de semana tiende a tener partidos entonces el desgaste al que somete a los guayos es altísimo y como sus pies y el deporte son su futuro él prefiere cuidarlos con objetos diseñados para el confort que para la duración. Desafortunadamente es difícil encontrar un objeto que cumpla las dos condiciones, entre duración y confort.

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