Camino a la Huerta |
Wayra es una granja de productos orgánicos, ubicada al norte de la ciudad en la Universidad Pedagógica (sede Valmaria), la granja está ubicada aproximadamente a 500 metros de la Universidad y fue para nosotros una experiencia de acercamiento al cultivo y la tierra.
Cuando íbamos llegando, observamos tres personas trabajando la tierra y nos dispusimos a presentarnos y manifestar nuestra inquietud por lo que allí hacían. Por referencia de la profesora Vivian conocimos a Don Humberto Gracia, quien nos guió y contó experiencia en la granja.
La Huerta |
Don Humberto nos contó
que la granja tenía cinco años desde su fundación, y que el espacio fue
dado por la Universidad pedagógica, en
un terreno que había sido objeto de múltiples robos y desvalijamientos. Según
don Humberto el proyecto tiene la finalidad de abrir un espacio productivo de
agricultura orgánica con el propósito de habilitar un espacio recreativo y
productivo para adultos de la tercera edad.
Lombricultura |
Así mismo, don Humberto cuenta que todo el
producido es repartido equitativamente entre todos los trabajadores. Y en otros casos se realizan reuniones
concertadas como asados o sancochos organizados
por y para los trabajadores de la granja, en donde todos ponen el dinero para comprar
la gallina o la carne y ayudan a preparar el sancocho a partir de los productos
sembrados.
Respecto al
mantenimiento económico del lugar, don Humberto dice que varias veces al año se
hacen ferias y eventos para comercializar los productos en la Universidad, en
donde profesores y estudiantes son clientes habituales. Además, tienen alguna
clientela particular interesada en comida orgánica y todo el dinero recaudado
es utilizado en la mejora del lugar, compra de semillas, reparaciones,
herramientas, cercas, entre otros.
Don Humberto, nos invitó a conocer la granja,
primero conocimos la casa principal; en esta hay una sala de reunión, una
oficina principal, un baño, un lugar en donde hacen abono a partir de
lombricultura, otro poso en donde se utilizan los excrementos para hacer abono
y un pequeño Santuario dedicado a “San Isidro” el patrón de los labradores.
También encontramos dos habitaciones; en una se guarda toda la “maleza” que luego es reutilizada para ser abono, donde utilizan lombrices para descomponerla. En la segunda habitación se guarda, la materia ya lista para ser usada en el cultivo, entre otras cosas, como semillas y herramientas.
La maleza |
La maleza ya procesada |
Guiándonos por la Huerta |
Centrándonos en la huerta, vemos que hay cultivos delimitados, cada uno con un surco por el que se puede transitar. En primera medida, la granja cuenta con diversos productos sembrados, entre los cuales hay una variedad de frutas, cómo tomates de árbol, uchuvas; entre las verduras encontramos la mayoría de hortalizas y leguminosas, como zanahorias, lechugas, frijoles y maíz, así como algunos tubérculos como la papa y algunas plantas medicinales.
El cuidado de Agripina |
Prosiguiendo por la
mitad del sendero principal, hayamos un pequeño invernadero donde se están
sembrando semillas de lulo y variedad de plantas aromáticas, allí doña Agripina, quien nos saludó mientras
regaba las semillas y plantas. Respecto a las plantas medicinales, recordamos
que el señor Humberto expreso su malestar sobre el uso de pastillas
medicinales, pues para él, las aguas aromáticas son un mejor producto para
ciertos malestares; por ejemplo él nos contaba que la planta “ajenjo” es muy
buena para el dolor de estómago y que muchos abuelos y abuelas que trabajaban
allí se curaban de sus males, no solamente por el trabajo en sí, sino porque se
sentían acompañados, estableciendo relaciones de solidaridad y confianza con
otros.
Una experiencia importante dentro de nuestra
visita fue la oportunidad de poder arar la tierra con azadón y que los tres
abuelos nos explicaran y guiaran en el proceso.
Entre risas y comentarios nos enseñaron cómo ubicarnos para mover la
tierra para la siembra. Fue un momento que nos permitió compartir con las
personas que trabajan allí y acercarnos al trabajo en campo, además de relajarnos
y entablar conversaciones con los abuelos que estaban en ese momento.
Ingrid aprendiendo, mientras el de atrás mira y se ríe de la situación. |
Francisco "Removiendo la tierra" |
Más adelante, antes de irnos, nosotros le preguntamos a uno de los abuelos por el Santuario de San Isidro y nos contó que: este santo es el patrono de la agricultura, al que se le encomienda la buena cosecha. Don Humberto también nos cuenta que en ocasiones especiales lo decoraban y lo mantenían siempre limpio, además de ofrecer misas con el padre del barrio.
El santuario de "San Isidro" Patron de los labradores. |
Santuario en Detalle. |
A lo largo del recorrido, encontramos cómo y a partir de lo
planteado por Carlsson
y Manning esta granja
(2010) “(…) go beyond hobbies (…) are producing communities and collectivities
that embody a diferente sense of the individual and the group” (Carlsoon y
Manning, 2010: 950), donde se genera un ambiente de trabajo colectivo,
colaborativo y familiar, en
el que se enseña a trabajar
la tierra todos juntos
hablando y riendo. Estás redes, cómo lo menciona Don Humberto y otro de los
trabajadores, permiten, no solo trabajar
para conseguir alimentos sino para entablar relaciones afectivas con los otros
u otras, evidenciadas en el ambiente afectuoso, en las bromas y la preocupación
por la salud de quienes cultivan. En este sentido vemos que en la huerta su
suplen necesidades “(…) de bienes y servicios tanto de afectos y relaciones”
(Carrasco, 2003: 6).
Sin embargo para que estas
redes funcionen necesita un “cuidado práctico y constante”, en términos de Puig de la Bella Casa (2010:164),
que no puede ser pospuesto (…) y que involucre una relación de afecto con lo cuidado
(ibíd.: 164-165). Esto es evidenciado en el trabajo de la huerta, su
mantenimiento y la preocupación constante de don Humberto y de los trabajadores
por las necesidades de los demás y el mantenimiento del sembrado. Por ejemplo,
si esta huerta realizara otro tipo de cultivo, como el extensivo y hecho a
partir de agroquímicos y otras herramientas, las dinámicas sociales internas de
los trabajadores cambiarían, así como cambiaría su modo de usar la tierra,
generándose otro tipo de cuidado y relaciones afectivas.
Esta forma de cuidado tiene que ver con una forma de relacionarse de
los seres humanos con los seres vivos e inertes, donde el cuidado individual se
vuelve un cuidado colectivo en términos de La Bella Casa, lo que implica pensar
que hay unas “ (…)complex articulations
of agency, decentring individuals human agentes and considering the social as a
tissue of associations between humans, non humans, and objetcs working in the
realization of new relational forms” (ibid:158), en donde, lo que se cuida son las relaciones
sociales al interior de la granja, el medio ambiente, el modelo productivo y la alimentación de los abuelos y abuelas.
Incluso hay un cuidado espiritual que
implica encomendar a “San Isidro” la buena cosecha y el trabajo.
En este sentido, y de acuerdo
con Puleo consideramos que “(…) los seres humanos no somos espíritus puros
independientes del entorno: proteger este mundo es también protegernos” (2011:264),
como lo evidenciamos, en el hecho de que cuando se cuida el cultivo de los
alimentos (además de los alimentos y el estado físico), también se cuidan las
relaciones sociales que le dan sustento al cultivo. Desde Nuestra experiencia
vemos que este trabajo involucra, cuidar trabajando y cultivando, como
decía don Humberto: “ellos llegan con problemas pero acá se curan trabajando”.
BIBLIOGRAFÍA.
· Puleo, A. (2011). Protagonistas de un
nuevo mundo. In Ecofeminismo para otro mundo posible (Ediciones., pp. 267–315).
Madrid, España.
·
Carlsson,
C., & Manning, F. (2010). Nowtopia: Strategic Exodus? Antipode,
42(4), 924– 953. doi:10.1111/j.1467-8330.2010.00782.x
·
·Puig de la Bellacasa, M. (2010). Ethical doings in naturecultures. Ethics, Place&
Environment, 13(2), 151–169. doi:10.1080/13668791003778834
·
Carrasco, C. (2001). La sostenibilidad
de la vida humana: ¿Un asunto de mujeres? Mientras Tanto, (82), 43–70.
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