lunes, 2 de septiembre de 2013

“El pescador habla con la luna… El pescador Habla con la playa…”

Quisiera seguir el mismo hilo conductor de mi ejemplo anterior, para darle paso a este que traigo a colación hoy. Propongo según algunas reflexiones personales y sobre todo con respecto a la clase de hoy, ver el cuidado  especialmente desde la relación que existe entre lo humano y lo no humano.

En este vídeo nos cuentan un poco sobre lo que es la pesca en San Andrés Islas y la recuperación de unas prácticas pesqueras apoyadas por Acción social, bajo el marco de una cooperativa que a su vez revitaliza el proyecto de un restaurante de comida de mar que se encuentra en la isla aproximadamente hace 30 años http://www.youtube.com/watch?v=-398ECHGaZk   Imagino que  se preguntaran ¿qué tiene que ver esto con el cuidado? Pues bien, quiero mostrarles que la pesca es una labor que no solo pretende cuidar en el sentido de preservar la vida a través de los peces (como un alimento)  y así mantener no solo una familia sino a la par un colectivo, se mantiene y preserva la vida  en niveles   económicos y socialmente  establecidos, en dinámicas internas de la isla, además del  nivel de alimentación claro y evidente que deja esta labor del cuidado para la supervivencia y mantenimiento de la vida  en tiempo presente y futuro; sino que  hay que ver que esto va más allá, es un labor cuidadosa, que requiere un tiempo, una dedicación y unos esfuerzos para que se pueda pescar, tener bien la malla, tener el lugar donde están los peses delimitado, medir el tiempo, entre otras más. Son una serie de prácticas concretas que evidencian lo cuidadoso que puede llegar a ser el pescar. Por otro lado, vemos como no es una labor que está relacionada con lo femenino sino por el contrario, es una tarea para hombres en este caso. Vemos como sigue siendo una actividad que a pesar de las “ayudas” sigue siendo marginalizada como labor y por ende, la población que la ejerce en el sentido en que no es bien paga ni tampoco reconocida y que de cierto modo está bajo los marcos o “márgenes” de una cooperativa (que antes no existía) y de una institución estatal (en ese entonces).
Es entonces como quiero mostrar que pescar  tiene que ver con un tejido social que gira entorno a esta labor de cuidar, en el sentido que mantiene un colectivo (una asociación creada específicamente para preservar unas prácticas artesanales), un restaurante y el bienestar alimenticio de algunos turistas de la zona y de los mismo pobladores. Esto lo que  quiere decir es que, para cuidar también es necesaria esa condición de interdependencia, de entender que no solo los otros son cuidados sino que también como comunidad o colectivo hay que cuidarse a sí mismos o entre sí; pero por otro lado, como les contaba al principio, esa relación de lo humano y lo no humano evidencia esa interdependencia generada a la hora de “matar al pez” para preservar y mantener la vida y el  bienestar de una población, es algo así como matar a unos para darle vida a otros en un acto permanente de lo cotidiano y del día a día.


Para terminar quisiera cerrar con esta canción que hace Toto la Momposina que se llama “el pescador” http://www.youtube.com/watch?v=BAPh04Ay_0Q  y la traigo a manera de ver cómo se narra en la canción esa parte de los afectos, de un pescador con el puerto y una serie de acciones que lo hacen ser pescador. Esta sería la última característica de mi ejemplo, ver la pesca como algo que implica afectos en relación a su hacer diario y  entorno como lo son  la luna y la playa, ya que a mi forma de ver es un poco más complejo encontrar afectos evidentes en una práctica que es masculina pero a la vez cuidadosa y del cuidado, es así como lo afectivo también logra ser lo efectivo, y esto lo deja ver esta canción. 

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