martes, 24 de septiembre de 2013

Construcción, Chico Buarque


Esta canción relata las incertidumbres del hombre dentro de la vida moderna. Elegí esta versión porque está en español y la música resalta la letra.

Principalmente, esta canción, demuestra el tiempo. pulso a pulso se descubren maneras que tiene el personaje protagonista  de pensar productivamente el tiempo. La historia nos describe a un personaje trabajador, que sostiene a su familia. En un maravilloso juego de palabras, describe los últimos momentos de su vida antes de suicidarse.
En medio de la canción encontramos acciones acompasadas en lento, pero al mismo tiempo, el mundo sigue con su velocidad(Murillo). Se toma el tiempo de inmolarse disfrutando de placeres de forma lenta, y choca con la dinámica veloz de la calle, demostrandose en la ultima frase de las estrofas: "Murió a contramano entorpeciendo el público/sábado."

Es la historia de un hombre en su afán de la vida moderna por el sostenimiento de su familia, ya hay mucha presión del mundo, situación que le lleva a tomar la desición de quitarse la vida. Chico Buarque acierta al describir la situación desde la introspección del individuo que disfruta de manera egoísta porque es tácito que es lo contrario a cómo ha llevado su vida; se puede leer en terminos de cuidado en tanto que ha preferido sacrificar el tiempo personal por el tiempo productivo, su decisión y cómo la lleva a cabo es salirse de esa iniciativa.

Se siente lo frío de la calle. Además, hay metáforas sobre el crecimiento del sistema como: "Alzo en el balcón cuatro paredes sólidas", "subió a la construcción como si fuese pájaro/como si fuese lógico/ como si fuera el máximo" es un crecimiento que finalmente oculta lo personal del individuo. El hombre descubre que lo vital no puede presionarse a ser mercantilizado, y encuentra la salida en el suicidio, por lo convulsionado del tiempo.

En esta versión particular, hay un pedazo escrito por Fito Paez en el que denuncia cómo entrar a la lógica del sistema hace un contrasentido en la labor de salvar: Se pinta como el camino para surgir, el esfuerzo y la desigualdad en el, pero no es más que intención de mantenerse el sistema mismo:
Por ese pan de comer y el suelo para dormir, Registro para nacer, permiso para reír, Por dejarme respirar, y por dejarme existir, Dios le pague. Por esa grapa de gracia que tenemos que beber, Por ese humo desgracia que tenemos que toser, Por los andamios de gente para subir y caer, Dios le pague. Por esa arpía que un día nos va a arrugar y escupir, Y por las moscas y besos que nos vendrán a cubrir, Y por la calma postrera que al fin nos va a redimir, Dios le pague.

La intensidad de la canción va creciendo, como la de el sistema capitalista, pero la del individuo va mas lenta, se concentra en darse gusto, sale de la lógica del tiempo productivo para finalmente, entorpecer la dinámica de afuera, pero ha salido y ha resistido a su métrica social.

12 comentarios:

  1. José, me gusta mucho tu entrada, aunque obviamente es bastante triste porque fuera de ser lirica, es la realidad de muchas personas, es la historia de los crímenes que comete un sistema deshumanizante y fríamente acelerado. Igualmente me resulta cercana porque puedo posicionarme facilmente en el lugar de este personaje; de una u otra forma el tiempo, el ritmo, los deseos, el consumo, la familia, los gastos, se volvieron homogéneos en tanto se hicieron uno dentro de una acelerada velocidad y necesidad de poseer, se convirtió en el camino casi que unico que hay que recorrer para ser persona dentro de esta sociedad y querer ir en contra de este, se convierte en una lucha; esto es curioso porque como leimos en el texto de Honoré, hubo un tiempo en el que todo correspondia al tiempo presente,a las demandas del cuerpo, de las necesidad primarias, un tiempo humano que sin embargo ahora es absolutamente desconocido, por lo menos para nuestra generación, pero sin embargo me pregunto que tan diferentes somos ahora como para que responder a nuestro cuerpo sea tan extraño y casi que imposible? realmente no creo que haya una diferencia entre los hombres y mujeres de los distintos momentos de la historia, la diferencia es que cada vez más escencializamos y naturalizamos nuestra esclavitud dentro del tiempo y el consumo.

    ResponderEliminar

  2. Esta forma como José ha decidido aproximarse al tema de la aceleración y el tiempo me ha aparecido bastante interesante y llamativa.
    Al igual que José, considero que lo que Chico Bauque decidió fue alejarse del régimen de aceleración capitalista. El no lograr conjugar su propio ritmo con el ritmo impuesto para la producción y distribución de bienes capitalistas la única salida que Bauque halló fue la eliminación de todo tiempo regente, es decir la muerte.
    Esta reacción no es de extrañarse, la verdad creo que casos similares suceden millones de veces por todo el mundo puesto que “{a} medida que seguimos acelerando, nuestra relación con el tiempo es cada vez más difícil y disfuncional. Cualquier manual de medicina te dirá que una obsesión microscópica por el detalle es un clásico síntoma de neurosis” (Honoré, 2004:38). Sin embargo yo no creo que aquí el problema sea de aceleración y que la solución sea la lentitud o otorgarle mas tiempo de vida a las personas como se propne en la película de Justin Timberleik El precio del mañana (). En esta película se plantea un mundo en el que el valor del tiempo ha llegado a tal punto que es este convertido en moneda. El tiempo es el valor de cambio que rige la vida de los personajes en esta película futurista que no esta tan alejada de nuestros días.
    Considero que el punto clave donde se centra el problema que lleva a tantas personas a sentirse perdidas en el mundo acelerado no es la velocidad con que ocurren los procesos, sino la dominación que se ejerce sobre los tiempos propios y naturales de la vida en general, humana y no humana, en cuanto empezamos a dividir el tiempo, las tornas se vuelven y el tiempo nos domina” (Honoré, 2004:27). A partir de esta dominación se da un desligamiento de ritmos, ya no se escucha el propio latir del corazón. El universo tiene su ritmo, un movimiento que en algunos elementos desarrollan de manera acelerada, efímera, y otros tardan un millones de años en cumplir su cometido. Esto quiere decir que la divergencia de tiempos y ritmos no es el problema, la cuestión esta en querer unificarlos e imponer ritmos que no le son propios a las cosas.

    Entonces mi consejo iria hacia que no te aceleres, ni te relajes demasiado. Solo espera un momento, escucha tu corazón y sigue tu propio ritmo en este universo diverso.


    Honoré, C. (2004). Hacerlo todo más rápido. In El elogio de la lentitud (Nuevo extr., pp. 28–39). Buenos Aires, DF.
    Ángel, M., & Gudiño, M. (2012). Sentidos de la lentitud en un régimen de aceleración. Tópicos del Seminario, (27), 91–113.

    ResponderEliminar
  3. Este ejemplo es excelente no sólo teóricamente sino sentimentalmente ( en otras formas de entender la música y de sentirla) , con esto me refiero a que no sólo la letra genera algo conmovedor en mí, la música los tonos elegidos y la forma en que se acomodan , logran transmitir esa inercia triste de la rutina diaria que muchas veces nos embarga, la voz casi lineal (afectivamente o sentimentalmente hablando) del cantante es una expresión de lo que produce en nosotros el tener que ir a un ritmo que no es propio no es un tiempo natural ni tiene algo de ello; es impuesto ( ni siquiera concertado).
    Este "síntoma de malestar existencial" es provocado por una velocidad organizada de cierta forma de la cual parece no haber escapatoria. Y a pesar de que uno oculta el horror diario en la velocidad es ésta misma la que hace que todo lo que está acumulado estalle en algún momento. Precisamente mediante el cuidado de la vida en diversos aspectos y acciones, es como podemos canalizar todo eso que contenemos. Podemos dejar ir toda esa energía negativa y horrorosa de a poquitos, este es nuestro escape a "la aridez del mundo moderno" o una forma de matizar y equilibrar situaciones densamente incómodas o agobiantes.

    ResponderEliminar
  4. Melancolía. Eso sentí cuando escuché la canción que publicas. Sin embargo me recuerda varias reflexiones (a las que he llegado mientras permanezco en el bus de ida y regreso) sobre la vida en “los tiempos modernos”. No deja de parecerme curioso que a medida que hemos elegido al reloj como la máquina esencial que marca los tiempos de la vida humana moderna, como ese “sistema operativo del capitalismo moderno, que posibilita todo lo demás” (Honoré, 2004); es mayor el deseo del hombre de inmortalizarse en vida por sus acciones e historias, por dejar alguna huella, por hacer que su vida “valga la pena”. Es ahí cuando aparece el dilema entre una vida digna de ser vivida y una vida digna de ser contada. Es ahí cuando se deja de ser hombre para convertirse en nombre. No hay mucho tiempo para hacer las dos. Vivimos en sociedades en las que no hay mucho tiempo para nada, y como no va a ser así, si el tiempo de trabajo se nos contrapone arbitrariamente al tiempo de vida, de diversión, de relaciones afectivas, de alimentación, de descanso. Menos tiempo hay si la vida que vivimos es una vida asalariada, con jornadas extensas de trabajo, si hay que sostener a una familia, si odiamos el trabajo que realizamos, si la experiencia y la vida ahora se mercantilizan y se agotan y por ello debemos consumirlas velozmente, como lo expresan las precarias a la deriva.

    Con asombro, creo que parece más bien que lo que importa no es tanto el sentimiento de vivir como el sentimiento de narrar la vida, de que nuestras historias sean las que legitimen la vida y no al revés. A nuestro personaje le pasa algo parecido. Se suicida porque su vida no es “digna de ser vivida y mucho menos es digna de ser contada”. A nuestro personaje lo abruma el tedio de la cotidianidad. El tiempo se le ha vuelto un recurso finito como a muchos de nosotros. El tiempo se le ha convertido en la manera de medir su paso y entre más se divide el tiempo en unidades pequeñas, más pequeña se va haciendo su percepción de la vida, del mismo tiempo y el espacio. Se le hace limitado su “hábitat” a propósito del arquitecto que escuchamos hoy en el seminario. Dice Honoré que esa enfermedad del tiempo también puede ser el síntoma de un malestar existencial más profundo.

    Por eso leo con tanta desconfianza a la gente que narra su vida en las redes sociales al mismo tiempo que supuestamente la está viviendo. Porque me inclino a creer que por estar escribiendo en el teléfono o en el computador lo que están haciendo les impide, efectivamente, hacerlo. Hay gente que, de hecho, escribe cómo la está pasando de bien mientras está de rumba. Pero no están ni bailando ni de rumba, sino pegados al bebé o al iphone. La sensación es que la vida sólo da el tiempo justo para sobrevivir, y para nada más. El mantra moderno es “ hágalo todo más rápido porque el tiempo es oro”.

    ResponderEliminar
  5. Sin embargo, me inclino a considerar que aún cuando la cultura, el tiempo, el espacio, la vida misma pueda ser considerada como un bien de consumo, también creo en la resiliencia , creo en la capacidad que tenemos los seres humanos para sobreponernos a los resultados adversos; reconstruyendo viculos, creo en la agencia como una posibilidad de dinamizar las estructuras, en la creatividad que da lugar a la acción. Es una apusta ética y estética que modifica formas de vida que cuestiona desde la praxis y enuncia desde el hacer estético. Es una apuesta por exaltar la belleza que nos rodea, de poder generar cambios sin salirse del sistema, al contrario de jugar con él para transformarlo. Esa es una apuesta por el cuidado de la vida en general.

    ResponderEliminar
  6. Para mí, humildemente, creo que se trata de un buen hombre, con las presiones lógicas que tienen la mayoria de las personas, y que no sup o no pudo luchar más, contra las adversidades de la vida, decidiendo tomar una decisión tan tremenda y drástica, como el suicidio, tambien de una manera muy particular.

    ResponderEliminar
  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  8. Me parece realmente mala la interpretación de esta canción. Desde el vamos, el tipo no se suicida, por lo tanto todo lo siguiente parte de un error. Luego, (y a la vez relacionado a lo anterior), poner el foco en la psicología del protagonista me parece realmente desacertado, ya que lo más valioso de la canción es la representación ,en un estereotipo individual, de un sujeto social, ó quizás EL sujeto social. Si analizamos desde la psicología reducimos, focalizando el análisis. Podría seguir pero no tengo ganas.

    ResponderEliminar
  9. Coincido totalmente con Alejandro Peigés. No es un suicidio. El hombre es víctima del sistema inhumado y esclavizante, carente de seguridad. Y además el texto que le adjudica a Fito es de Chico Buarque. Ni siquiera el autor del artículo se tomó la molestia de escuchar la versión de chico Buarque en YouTube. Como Peigés, podría seguir también pero tampoco tengo ganas

    ResponderEliminar
  10. Yo creo que es ambas, el tipo se suicida víctima del sistema. Y también me llamó la atención que adjudique a Páez Dios le pague, ya que también es de Chico Buarque.

    ResponderEliminar